lunes, 2 de abril de 2012

Lost in Translation, dos miradas a la soledad

Bob Harris (Bill Murray) es una estrella de cine que en su madurez graba comerciales aprovechando esa gran fama que le caracterizó. El nuevo trabajo es en Tokio, promocionar un whisky. Donde pasará algunas semanas lejos de sus hijos y su esposa, se encuentra solo en el Park Hyatt rodeado de las personas de logística que se encargarán del cumplimiento de sus llamados. En el mismo lugar se hospedan John (Giovanni Ribisi) y Charlotte (Scarlett Johansson), una joven pareja norteamericana que lleva dos años de casados; él es un fotógrafo y ella sólo lo acompaña en su labor, aunque es graduada en filosofía todavía no encuentra una brújula. La rutina de Bob y Charlotte se asemeja, están extraviados en la capital japonesa, son devorados por la parafernalia de la cultura y se resguardan en sus cuartos de habitación. Bob, habitualmente pasa las noches en el bar del hotel, luego de realizar su trabajo, y en uno de esos tantos vasos de whisky, de pronto, el mesero le lleva un trago, enviado por una joven sentada a unos metros de distancia, lo recibe complacido y se marcha a pernoctar inútilmente en su cama. A la noche siguiente, se repite la costumbre en la barra, hasta que la joven, casualmente, toma un asiento a su lado; Charlotte y Bob comienzan una conversación intrascendente en cualquier otro contexto, pero las dos personas varadas en Tokyo sienten una conexión instantánea, la soledad es lo que los une e inician, juntos, una breve historia tan inesperada como fugaz.

Es la segunda película de la hija de Francis Ford Coppola, y precisamente, es la más premiada. Sofia Coppola ganó el Oscar, entre otros festivales y entregas de premios, por su guión original, también la dirigió y tomó parte en la fotografía. En los tres casilleros hace una realización sublime, para mí, no es su mejor largometraje en su corta carrera pero sí lo considero como uno de los más grandes dramas -en algunos puntos comedia- románticos que haya visto. Tiene muchos guiños a Before the Sunrise, la química lograda entre Bill Murray y Scarlett Johansson es la película misma. Curiosamente, casi no existen referencias al trabajo de su padre, notó peculiarmente, de igual forma, varias a otro director, Gus Van Sant en sus más recientes films.

¿Qué tienen en común una recién casada y un famoso actor? Sofia Coppola nos dice que Tokio. 
Es el lugar que extrañamente comparten y no únicamente ese espacio donde cohabitan, va más allá. 
Ella está estancada, no encuentra su vocación. Él es una persona realizada, quiere seguir sintiéndose útil pero ya no es requerido ni por su familia, se ve desplazado. 
Ambos no tienen sentido de pertenencia hacia su entorno por lo que la soledad es su mejor compañía. La capital japonesa es una tierra desconocida para los occidentales, y la directora magistralmente nos da una muestra de su cultura extravagante, rica, tímida, psicodélica; los norteamericanos, aunque son solo dos extraños en una tierra que no es la suya, consiguen equiparar sus situaciones. Se consuelan, se comparan, se divierten, se entristecen, se celan, se pelean y se reconcilian. En fin, no importa si el lugar es Tokio, Londres, Washington, París o Viena si nos sentimos ajenos a nuestra realidad, sencillamente queda llenar ese vacío con la búsqueda de "algo" que nos satisfaga y si en el camino, como lo dice el slogan de la película, somos encontrados, qué mejor.    


Espectacular en: Bill Murray, soy un acérrimo admirador de su carisma, esta actuación le valió la distinción de un Globo de Oro. Scarlett Johansson, increíblemente se ve como una mujer común y corriente con esa inocencia como sello característico. Sofia Coppola tan melancólica como siempre y su banda sonora, signo especial en sus metrajes. La belleza de Tokio reflejada magistralmente en la fotografía. Las escenas: de Bob Harris en su rutina diaria, especialmente, en la pelea con la escaladora, el frustrado encuentro con la escort, su sesión de fotos y su presentación en ese excéntrico programa; de Charlotte con su insomnio, su extrañeza con los video juegos japoneses; y obviamente todas las secuencias que los incluyen, principalmente en dos, la impredecible noche de karoke y el final.    


Pudo mejorar en: el ritmo, quizá haya personas que se desesperen en el primer tercio de la cinta, al no existir una problemática, un climax; la directora sólo representa, independientemente, la rutina de dos desconocidos sin ninguna pista. 

Pésimo en: que ninguno de los dos dio el importante paso, el último; sin olvidarme que es complicado ser encontrados. 

Le doy un: 10

3 comentarios:

  1. Una de mis películas favoritas... Comparto tu diez y solo decirte felicidades por una reseña tan justa y sensible.

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  2. una de mis favoritas absolutas, preciosa película. Y si te das cuenta, el final es abierto, así que cada quien descifra a su modo lo que Bill le dice a Scarlett al oído. Para mí, él le dice que regresará por ella. Valla paso... Saludos

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  3. así es, el final es parecido al de before sunset,

    Gracias por sus comentarios

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